domingo, 15 de octubre de 2017

LA UTILIDAD DE LAS TURORIAS

La relación entre el tutor y la familia resulta siempre fundamental. Si los padres han hablado con los tutores y siguen de cerca el desarrollo de sus hijos, las calificaciones no deberían constituir una sorpresa.

El sistema educativo establece la evaluación continua. Lo que habría que tener en cuenta en las notas no es ni el primer trimestre ni el segundo, sino cuál es la evolución de cada niño concreto. Los padres tendrían que tener muy claro que los objetivos deben alcanzarse al final del ciclo, y relativizar la trascendencia del curso.
Una mala nota en el primer trimestre tendría menos importancia, en el segundo un poco más, y si eso sigue en el tiempo es cuando hay que empezar a preocuparse. Esa nota debería verse, simplemente, como que hay que darle más tiempo a ese alumno para conseguir los objetivos.

La segunda evaluación, debe ser vista como algo importante por los padres. Es recomendable iniciar el tercer trimestre volviendo a hablar con los profesores. El curso es, sobre todo, un camino, un proceso, en el que, más que las evaluaciones, lo verdaderamente relevante es lo que sucede a diario en la clase.

A los profesores les ayuda mucho conocer cómo es el niño o la niña en casa. Cuando los padres les exponen este aspecto, generalmente su visión del niño se modifica. Se trata de que, en este caso, le hablen de cómo es en casa. Cómo afronta los estudios, qué dice del colegio, cómo es su autonomía, conducta, qué pautas llevan a cabo como padres…Si se considera que hay alguna circunstancia de la vida familiar que sea relevante para el tutor, es bueno que la conozcan.

Por tanto, y a modo de resumen los temas que no pueden olvidar tratar en las tutorías trimestrales son:

-La marcha del proceso de aprendizaje.
-Comportamiento y relación con otros niños.
-Cómo es en casa; si presenta necesidades especiales.
-Qué podemos hacer por nuestro hijo.